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lunes, 15 de junio de 2015

EL TIM IN JAPAN 2015, El Mercado de Omiya 1ª parte.


Antes de pasar a ver la visita de otro vivero vamos a ver algo de lo que siempre consideramos la parte más divertida de estos viajes, los mercadillos. 

Una vez al año se celebra el mercado de Bonsai en la ciudad del Bonsai, Omiya. 
El mercado es enorme, transcurre a los largo de muchas calles que van uniendo en su recorrido la mayoría de los viveros de la zona. 
Las calles están repletas de de stands, muchísimos, a lo largo de unos dos kilómetros de calles encontraremos infinidad de puestos donde hay de casi todo. Para los que han asistido al mercadillo de la Kokufu encontraran aquí una bajada de calidad, parece que no da la talla, material de calidades medias y bajas y precios muy competitivos. Pero nada más lejos de la realidad. Porque el material bueno está dentro de los viveros, el del maestro Saburo Kato por ejemplo, ahí es donde podremos encontrar ejemplares que no podremos pagar la mayoría de nosotros. 

En los viveros no te dejan hacer fotografías, hemos colado alguna pero no muchas. 

Vamos con el paseo




Lo primero es decir que hacia un sol de justicia y un calor insoportable en las horas centrales del día. 

Hay multitud de curiosidades  como estas. 



















Y por supuesto bonsai por todas partes. 






















Esta es entrada de uno de los varios viveros de la zona , sacan algunos ejemplares fuera para atraer a los clientes. 












La afluencia de gente es enorme, no esperábamos tanto ajetreo en un mercado de Bonsai. 









Solo la cantidad ingente de macetas rivalizaba con la de Bonsai, imposible no encontrar lo que estés buscando. Todos los tamaños, de todos los ceramistas conocidos, nuevos, viejos, macetas a tutiplen. 














Incluso a granel.










Es probable que los minis fueran lo más abundante, seguramente la demanda sea mayor en estos tamaños que en grande. 
























Hay alguien que está encantado con su maceta y no es el maestro Imai, que en todo momento se prestó a asesorarnos del modelo más conveniente para los ejemplares que le consultábamos.  














Cuando se trata de atraer clientes se recurre también a la tradición.